miércoles, 4 de marzo de 2009

Mosquetones con Seguro de Rosca

Desde que empecé a escalar, siempre he preferido los mosquetones de seguridad con cierre automático con cuarto de vuelta antes que los de cierre con rosca ya que me parecen más seguros. No importa lo despistado que seas, la prisa o la poca experiencia que tengas: el mosquetón automático siempre estará perfectamente cerrado, mientras que los de cierre a rosca pueden llegar a quedarse sin el seguro echado si no se presta la debida atención durante su manipulación, y eso es peligroso.

Sin embargo, los mosquetones automáticos tienen, entre otros, un pequeño inconveniente por el que no son recomendables en todas las circunstancias: es muy complicado pasar una cuerda o una cinta por el mosquetón con una sola mano. En caso de que llevemos los guantes puestos durante una escalada invernal, esa dificultad se dispara.

Por eso, en el caso de descendedores, aseguradores o bloqueadores es más recomendable el uso de mosquetones automáticos ya que podemos abrirlo con una mano mientras que con la otra manipulamos la cuerda o el aparato en cuestión. En el caso de mosquetones para montar reuniones, el de la Daisy, cintas de reunión y demás casos en los que debamos pasar la cuerda o una cinta con una sola mano, lo mejor es un seguro de rosca que no se cierra automáticamente cada vez que lo soltamos como en el caso de los de cierre de cuarto de vuelta. Se lleva el mosquetón con la rosca abierta, se coloca y pasa la cuerda y SE CIERRA. Así de sencillo.


Hace poco adquirí el mosquetón simétrico OK de la marca Petzl para utilizarlo tanto con el Tribloc como con el Ropeman en vías largas. Ya sé que pensaréis que lo suyo sería haber cogido la versión automática, pero al final me decanté por la de cierre a rosca por varias razones. La más importante es que lo voy a utilizar como "mosquetón de los por si acasos", un mosquetón que todo escalador de vías de varios largos debería tener y en el que se suele llevar entre otros un bloqueador, una navaja, un prusik, etc. De ahí que sea de rosca: puedo llevar el mosquetón sin la rosca cerrada y sacar cualquiera de estos utensilios con una sola mano.


Lo primero que destaca en este mosquetón de color metálico es una banda roja situada al final de la rosca y que nos indica si el mosquetón está correctamente cerrado. Así de sencillo, si ves el color rojo es porque la rosca no está cerrada y el mosquetón se puede abrir; si no se ve el color rojo, todo correctamente cerrado. Sistema sencillo donde los haya.

Como tengo otros tres mosquetones de cierre a rosca (en este caso de "pera") también de color metálico, la asociación de ideas fue inmediata y me dispuse a marcar con una franja roja los finales de rosca para detectar a simple vista si están correctamente cerrados o no.


Para ello, probé a pintarlos directamente con un rotulador de tinta indeleble (vamos, un Edding de toda la vida). Sin embargo la superficie perfectamente lisa del mosquetón no llega a absorber bien la pintura y ésta se borra con el roce, por lo que me fui a la ferretería a por un papel de lija con el grano lo más fino posible. Corté una tira de lija del ancho de la franja y tras frotarla en el cierre, con cuidado de no hacer ningún estropicio en el mosquetón, la pinté con el rotulador.


El resultado desde luego es más duradero que si no se lija el mosquetón, aunque estoy seguro de que con el roce la pintura se volverá a quitar, con lo que cada "X" tiempo me temo que tendré que volver a pintarlos. No pasa nada, así aprovecho para limpiarlos y engrasarlos.