miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tornillos de Hielo

Todo el mundo que empieza con la escalada en hielo sabe que elegir los tornillos de hielo es una tarea de lo más complicada. Cuestan un dineral y encima nuestra seguridad depende directamente de ellos, por lo que no es una decisión para tomar a la ligera. Cuando yo empecé, me aseguré de preguntar a la mayor cantidad de gente posible: conocidos, foros de internet y gente a pié de vía y todos coincidían en una cosa: los mejores tornillos son los de manivela integrada. En cuanto al modelo existían dos opiniones mayoritarias, los partidarios de los Charlet-Moser y los de Black Diamond, así que decidí comprarme las dos marcas más recomendadas y decidir por mi mismo cuáles me gustaban más.
Otro problema diferente es el de las medidas de los tornillos. La medida estándar sería la de 16 cm para progresar pero no puede faltar uno de 13 cm para hielo fino y otro de 22 cm para hacer puentes de hielo. En particular, mi juego de nueve tornillos y un pitón de hielo está formado por los siguientes:
- 2 Laser Sonic de 13 cm (165 gr)
- 2 Turbo Ice Express de 16 cm (157 gr)
- 2 Laser Sonic de 17 cm (183 gr)
- 2 Turbo Ice Express de 19 cm (168 gr)
- 1 Turbo Ice Express de 22 cm (181 gr)
- 1 Spectre Ice Piton (130gr)

Lo que todavía no he decidido es si este año añadiré un tornillo de 10 cm para aseguramiento precario, ahora que el nuevo ice express ya está homologado para caídas (el antiguo modelo no y el Charlet-Moser tampoco) o cogeré otro de 13 cm y si la cosa está fea lo estrangulo con la cinta plana haciéndole una gaza.
El pitón de hielo se utiliza para hielo extremadamente fino o para fisuras heladas. Es un aseguramiento más psicológico que real porque realmente no está homologado para caídas y la verdad es que da la sensación de que se va a salir si te caes, pero si no cabe otra cosa, te tienes que fiar y punto. Lo bueno del modelo de BD es que tiene cinta larga, con lo que se puede evitar que la cuerda haga zigzag en ese seguro. Desde luego, yo dejaría su compra para lo último, ya que si estás empezando tampoco te vas a metes en vías que no se puedan asegurar con tornillos.

Por hacer un resumen, tengo que decir que en general prefiero los Black Diamod a los Charlet-Moser, pero mejor paso a contaros por qué. Para empezar, como se puede observar en la tabla (con pesos reales, no los de la web) los Black Diamond ganan (y por mucho) en el apartado del peso ya que son bastante más ligeros que los Charlet-Moser (sólo hay que comparar el de 16 con el de 17 para hacerse una idea), algo muy importante cuando llevas el juego completo.

Una vez colocados en el arnés, los BD son más fáciles de identificar debido al código de colores que aplican a la manivela (el azul es el de 16, el gris el de 19 y así sucesivamente) por lo que no tienes que estar comparando los tornillos entre sí para ver cuál es la longitud adecuada que quieres sacar del portamaterial. Como yo sólo tengo dos longitudes de ChM (13 y 17 cm) marqué con esparadrapo los más cortos para diferenciarlos.

Los DB son algo más fáciles de sacar de los portamateriales (en mi caso los caritool de Petzl) ya que la chapa no gira sobre sí misma, por lo que cogiendo el tornillo y girándolo se extrae fácilmente del mosquetón sin tener que estar sujetando la chapa específicamente para que esta no gire en la maniobra.

En cuanto a la penetración en el hielo ambos tornillos son increíbles, con media vuelta de muñeca se quedan sujetos al hielo, aunque para mi gusto el BD muerde entes el hielo.

En el roscado es donde el BD es claramente superior al ChM. Su diseño de manivela es mucho más cómoda (sobre todo la nueva versión ligeramente cónica) que el diseño de “chapa” giratoria de ChM. Mientras que la manivela del BD permite roscar el tornillo tanto cogiéndola con los dedos como apoyando la palma de la mano si el hielo es muy duro, la chapa giratoria sólo permite roscar cogiéndola con los dedos, lo que es un problema cuando llevas cubre-guantes de gore (no muy ajustados) ya que se enganchan y la manivela queda inutilizada.

A la hora de “chapar” el tornillo también prefiero el BD al Chm ya que como la chapa gira, en ocasiones, cuando estás realmente “pillado”, cuesta un poco pasar el mosquetón y es que no es tan sencillo chapar con guantes gordos como parece a simple vista. Lo bueno de ambos diseños de manivela es que ninguno de ellos molesta cuando chapamos, el BD porque es muy compacto y en el ChM la manivela sencillamente no existe.

Hasta aquí, parece que los tornillos de ChM son un poco “castaña”, pero no es así, son unos muy buenos tornillos y al quitarlos de la pared se nota. Mientras que el DB se tiene que deschapar para sacarlo, con los ChM se puede utilizar la propia cinta para ello. No es tontería, importa mucho. Para sacar el BD tienes que quitar la chapa, sacar la manivela, desenroscar y estar atento en las últimas vueltas para que no se te caiga. Con el Chm agarras la cinta y desenroscas con ella, por lo que es imposible que se te caiga si haces la maniobra rápidamente.

En el transporte y almacenaje también destacan los ChM y con nota. Los Iceflute son la bomba de cómodos y seguros: se pueden colgar de un cinturón en grupos de cinco, impiden que las roscas sufran desperfectos al impactar los tornillos entre sí o con otro material y es imposible que los tornillos se caigan por accidente. Cada uno pesa 27 grs pero desde luego que merecen la pena.
En lo que se refiere al precio, creo que en este caso no debería ser un factor que condicionase en exceso la compra de uno u otro modelo, ya que están más o menos a la par. Un ChM viene a costar unos 4 ó 5 € más caros que los BD, pero con el Iceflute incluido. Si lo tenemos que adquirir aparte (unos 25 €) los dos modelos se quedan igual de precio.

En resumen, lo mejor es comparar por uno mismo los dos modelos para ver con cual nos “apañamos” mejor. Aunque yo prefiero los BD por las razones que he expuesto, tengo compañeros fieles a sus ChM porque como he dicho, también son unos tornillos excelentes y además, para gustos los colores.

Para no extenderme tanto con este artículo ya escribiré otro específico para hablar del mantenimiento de los tornillos (fundamental para que funcionen correctamente) y demás material de hielo (piolets y crampones), porque creo que el tema da para mucho.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Trípode Para Trangia

Desde que descubrí los hornillos de alcohol hechos a mano, mi obsesión siempre ha sido crear un sistema de cocina (quemador, trípode y paravientos) que pudiera ser transportado dentro del propio cazo utilizado para cocinar, de tal manera que todos los bártulos de cocina quedaran protegidos y a salvo de golpes. Merecía la pena indagar en este tipo de sistema que pesaba unos 20 gr, trípode y paravientos aparte.

Descubrí este tipo de hornillos de la mano de viajar a pie quien en su página web, además de mostrar su propio hornillo hecho a mano, tenía un enlace a la piedra filosofal de los hornillos de alcohol, la página de Zenstoves (de visita obligada). En esta última, además de ejemplos de todo tipo de diseños de hornillos, hay una gran variedad de modelos de paravientos y trípodes, pero lo malo es que ninguno me acababa de encajar. Un día navegando en busca de trípodes, di con una página (actualmente no la encuentro, por lo que no puedo poner el enlace, lo siento) que tenía un diseño de trípode plegable que se asemejaba bastante a lo que yo buscaba: era sencillo, plegable y fácil de fabricar, así que me puse manos a la obra a ver si lo podía construir yo mismo.

Los materiales son bastante sencillos de encontrar porque sólo se necesitan tres radios de bicicleta (te los regalan en cualquier taller) y dos trozos de tubo de aluminio de 8 mm de diámetro exterior y 1 mm de grosor (que se compra en cualquier centro de bricolaje en barras de 1 m).

Lo primero es cortar dos trozos de tubo de unos 5 cm, en mi caso, y aplastarlos un poco porque el diámetro interior del tubo es tan pequeño (tan sólo 6 mm) que si no los radios no entrarían. Para ello lo mejor es utilizar un tornillo de banco, pero como en el primer modelo que fabriqué no tenía, lo tuve que hacer a golpe de martillo. Con un poco de paciencia y cuidado se consigue así también, pero lo más rápido y sencillo es lo del tornillo de trabajo porque no se tarda nada y queda mucho mejor.

Una vez que tenemos los dos tubos aplastados lo siguiente es dar forma a los radios como se aprecia en la fotografía para formar el trípode. Con unos alicates normales se hace bien, aunque lo mejor es utilizar unos de punta fina para que al doblar los radios no queden holguras que más tarde puedan desestabilizar el cazo.

Otro modelo que se puede fabricar consiste en utilizar sólo un tubo de aluminio y dos radios para conseguir un trípode en forma de “V” (así es como venía en la web) pero yo me decanté por el de tres radios por si utilizaba una sartén de gran diámetro y tenía que utilizar el trípode como aparece en la foto. Además no se ahorra tanto peso al hacerlo en “V” porque el mío sólo pesa 22 gr frente a los 13 gr de este modelo y sin embargo se gana bastante estabilidad a la hora de cocinar. Desde luego, con lo poco que se tarda en fabricarlos, lo mejor es hacerse los dos y elegir el más adecuado para cada ocasión.

Hasta ahora no he hablado mucho de medidas porque creo que lo interesante es que cada usuario ajuste el tamaño del trípode a su cazo para poder llevarlo dentro de él. Eso en cuanto a la longitud del lado del triángulo, porque lo que sí que es importante según los expertos es que las patas tengan una longitud tal que eleven el cazo más o menos una pulgada (2,54 cm) por encima del hornillo para que la llama sea lo más eficiente posible. Eso en teoría, porque el mío (de 10 cm de lado del triángulo y 5,5 cm de alto) separa el cazo sólo unos 1,5 ó 2 cm y funciona realmente bien. Lo hice así de alto porque el cazo es de 5,5 cm de alto, lo que me obligó a fabricarme un paravientos de más o menos esa altura y por consiguiente un trípode también de esa altura.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Cubiertos de Policarbonato Quechua

Normalmente, las marcas de decathlon (quechua en montaña, Kalenji en atletismo, etc.) nos suelen ofrecer productos baratos no muy técnicos con una buena relación calidad-precio. Sin embargo en algunas ocasiones me sorprenden con algún producto que sencillamente destaca tanto por su utilidad como por su calidad. Este es el caso de los cubiertos de policarbonato quechua, que además de ser buenos son baratos.

Tengo que admitir que me suelo decantar por las marcas conocidas cuando busco algún producto técnico, pero tras mucho buscar, simplemente no encuentro unos cubiertos de alguna marca “de prestigio” que convenzan más que éstos ya que al estar separados son bastante polivalentes. En carreras de dos o tres días de duración, donde sabes perfectmante lo que vas a tener de comida, te las puedes apañar para comer pasta y sopas que sólo necesiten la cuchara. En estancias más largas quizá sea necesario llevar también el tenedor, lo que apenas incrementará el peso del equipo.

Están fabricados en policarbonato, un plástico muy resistente que además los otorga una gran ligereza de tan sólo 11 gr por cubierto. Pero además el policarbonato ofrece una gran ventaja respecto al acero, aluminio o titanio ya que no ralla el material antiadherente con que cuentan algunos cazos y sartenes, permitiendo que duren mucho más. Cuando me compré el cazo de Ferrino antiadherente (del que ya haré un artículo) cociné con los cubiertos de metal que traía el set y lo único que conseguí fue deteriorar el material, que tras pocos usos se fue desprendiendo poco a poco. Sin embargo, compañeros con cazos similares (también marca quechua) que utilizan los cubiertos de plástico no han tenido ese problema.

Vienen con un práctico mosquetón de 6 gr también de policarbonato para mantenerlos siempre juntos o colgarlos de algún enganche de la mochila para tenerlos siempre controlados, lo que yo agradezco ya que no me caben dentro del cazo que suelo llevar. Y es que aunque son bastante compactos (unos 17 cm), no lo son lo suficiente como para llevarlos dentro de un cazo de 0,85 litros, cosa que realmente no me importa mucho, ya que si entraran serían (para mi gusto) demasiado cortos y te podrías quemar al cocinar.

Por ponerles alguna pega, yo eliminaría el cuchillo del set, aunque por el precio que tiene, no me importa mucho pagarlo aunque luego no lo utilice. Como es de plástico, no corta mucho y llevar a la montaña un cuchillo que no corta y por otro lado una navaja que sí lo haga va en contra de la ética del minimalismo “hacer más con menos”. Tampoco estaría mal un diseño como el del Spork XM de “Light my fire” (16 gr y 3,99 $) o como el de “FireLite” (8,2 gr y 12,99 $) aunque sinceramente creo que para el poco peso que te ahorras no merece la pena andar con estos diseños tan poco “ortodoxos” que además son más caros.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Funda Porta Tarjetas de Control

Cuando empecé a correr carreras de orientación llevar la dichosa tarjeta de control siempre era un pequeño calvario, no me apañaba: si la llevaba en la mano se me caía y si la llevaba en la misma funda que el mapa, cuando “picaba” tenía que volver a recolocarme el mapa para ver el siguiente punto de control, un rollo sobre todo con mapas en DIN-A3. Había visto en algunas carreras a corredores que las llevaban en unas fundas de plástico que se enganchaban con una goma en el pulgar, pero se compraban en carreras de la liga nacional y yo necesitaba una urgentemente, así que me puse a diseñar un apaño casero.
Un día mientras compraba material de oficina vi una posible solución: unas fundas de plástico para guardar DIN-A4 a más o menos 50 céntimos la unidad (marca Esselte), y que encima eran bastante más rígidas que las normales. Como las tarjetas son de menos de 10x21 cm y estas fundas eran para DIN-A4 (21x29,7 cm) me entraban de sobra. Además, necesitaba una funda algo rígida porque la idea era hacer una especie de sobre con solapa ya que no tenía otra manera de hacer el cierre de la funda para que la tarjeta no se saliera.

Para la fabricación marqué en la parte inferior de la funda (para tener tres lados cerrados) unos 12 cm: 10 cm para la tarjeta y 2 cm para la solapa del “sobre” y lo corté con un cúter. Ahora tocaba la parte un poco más delicada de toda la construcción: cortar sólo uno de los dos plásticos de la solapa para que el que queda actúe como cierre. No es nada complicado porque si se utiliza un trozo de cartón debajo del plástico, seguro que sólo cortáis el que queréis.

Una vez eliminado el plástico redondeé el que quedaba para que se pudiera deslizar dentro del sobre con mayor facilidad y lo doblé para que cogiese forma de sobre. Para llevar la funda utilicé un cordón de esos que se utilizan para llevar el móvil colgado de la muñeca, para lo que tuve que hacerle un pequeño agujero a la funda para que pasase el cordón. Como el agujero lo tuve que hacer demasiado pegado al borde de la funda, lo reforcé un poco con pegamento alrededor antes de perforar la funda.

Con esta sencilla ñapa me aseguré de que no perdería la tarjeta de control aunque la soltara para apartar una rama, subir a una piedra o algo así.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Vuelta al Cole

Ya estamos de vuelta como los corticoles en septiembre. Esta semanita de vacaciones me ha venido muy bien para aclarar conceptos de este pequeño proyecto que es el blog.
Entre esos nuevos conceptos, en cada revisión de material intentaré comentar por qué me compré ese material en concreto y a que tipo de actividad lo he enfocado porque creo que será de gran ayuda a futuros compradores.
Además creo que también voy a introducir de vez en cuando material nuevo que sale al mercado y que me parezca innovador o que de alguna manera, me gustaría adquirir o probar. No soy muy partidario de ello, porque no quiero que el blog se convierta en un escaparate, por lo que seré muy selectivo con esta sección e intentaré introducir únicamente material que realmente valga la pena.
Por lo demás más de lo mismo en breve: revisiones de material, mejoras y pegas. ¡Ah! y ñapas, muchas ñapas, que me encantan.
Para la semana que viene: funda porta tarjetas de control. Una sencilla ñapa para el mundo de las carreras de orientación (que vuelven en septiembre) y raids que te permite llevar la tarjeta de control colgada de la muñeca.
Y sobre todo gracias, muchas gracias a los que dedicáis un rato de vuestro valioso tiempo a curiosear en este pequeño espacio virtual...