miércoles, 8 de octubre de 2008

Titan Kettle de MSR

Elegir un buen cazo para cocinar en montaña o en carreras de varios días es una elección mucho más compleja de lo que parece a simple vista cuando quieres exigir a tu equipo el máximo rendimiento con el mínimo peso. En el mercado existen básicamente tres materiales con los que se fabrican estos elementos: el aluminio, el acero y el titanio. Este último es un elemento químico de color gris plata de propiedades mecánicas muy parecidas al acero pero mucho más ligero que éste, gracias a lo cual se pueden fabricar cazos con unas paredes mucho más finas que las de los cazos de aluminio (los más utilizados) manteniendo la misma resistencia y sin embargo aligerando bastante el peso final.


El Titan Kettle de MSR es un cazo de titanio con un diseño austero que le otorga un peso total (cazo + tapa) de 118 gr (pesados) mientras que un cazo de aluminio de similares prestaciones como el mío de Ferrino pesa 169 grs. Lo malo del titanio es su precio: mientras que el cazo de aluminio cuesta unos 24 €, el de titanio ronda los 52 € y es que la calidad se paga. ¿Merece la pena pagar 28 € más para ahorrar 50 gr de peso? Pues depende de la actividad que vayamos a realizar y de la posibilidad de ahorrar ese peso en otros elementos menos costosos. Hay que tener en cuenta que 50 gr es lo que pesa el alcohol necesario para cocinar un sobre de pasta, por lo que cambiar de cazo nos permite comer un día más sin incrementar el peso…

El cazo tiene unas medidas de 9 cm de alto por 11,5 de diámetro, lo que le da una capacidad de 0,85 l, más que suficiente para un sobre de pasta o una sopa. Estas dimensiones están pensadas para llevar una bombona de gas de tamaño medio dentro de él, lo que nos ahorra ese espacio en la mochila. Lo malo es que el hornillo tiene que ir a parte porque no cabe dentro del cazo a no ser que lleves el tamaño pequeño de bombona, tamaño que por otra parte es más que suficiente para cocinar dos o tres días si no derrites nieve.

Cuenta con dos asas abatibles que se pliegan hacia los laterales para transportarlo, por lo que en principio no es necesario llevar pinzas, ahorrándonos otros 30 gr de peso (y ya van 80 gr entre cazo y pinzas). La mala conductividad del calor del titanio puede hacernos creer que no es necesario que las asas lleven material aislante, pero en realidad no es así: cuando la comida empieza a hervir se calientan bastante, por lo que hay que tener cuidado al cogerlas para no quemarse. Creo que podían haber forrado con material aislante por lo menos de la mitad de las asas hacia arriba sin peligro de que el aislante se quemara, para ganar comodidad de uso. De momento habrá que seguir utilizando un guante, pañuelos o similares para protegernos de quemaduras.

Un buen detalle de diseño es el pitorro que convierte el cazo en una jarra. De esta manera es mucho más sencillo llenar una botella de agua si hemos derretido nieve para hacer agua que si el cazo no tuviera esa hendidura en el borde, y es que el diseño de este cazo cumple a la perfección con la máxima del minimalismo: “Hacer más con menos” ya que sirve como jarra, transporte de la bombona y hornillo y, por supuesto, cocinar.

La tapa se encaja en el cazo (vamos que no se cae si lo ponemos boca abajo) para transportar el conjunto de una sola pieza, por lo que no necesitamos ni gomas ni artilugios parecidos. Cuenta con un asa abatible con material aislante para poder manipularla sin quemarnos, que se encaja perpendicular a la tapa para que el plástico aislante no la toque y no se derrita. Además tiene un pequeño agujero que nos permitirá utilizarla como escurridor de pasta (otra función más) y para evitar que la tapa salte debido a la presión de la cocción de la comida. Sobra comentar que siempre es recomendable utilizar la tapa para acelerar la cocción de los alimentos y ahorrar combustible.

Otra pega de los cazos de Titanio es la mala conductividad del material. Esto hace que sólo la parte en contacto directo con la llama transmita el calor a la comida que estamos cocinando, o dicho en otras palabras: que la comida se pega que da gusto. Hay que tener cuidado (en serio) de cocinar a fuego lento y remover constantemente la comida para que no se pegue en el fondo del cazo porque luego cuesta bastante eliminar lo quemado y deja un sabor bastante desagradable. Tampoco ayuda mucho a este problema que el cazo no disponga de tratamiento antiadherente, supongo que para ahorrar peso y no encarecer todavía más el producto.

En resumen, es un cazo ideal para dos o tres personas como mucho a las que el ahorro de peso les importa más que una comida elaborada. Además es lógico, porque por un lado la capacidad del cazo tampoco es que dé para cocinar mucho más que un sobre de pasta, sopa o liofilizados y por otro, es un poco ilógico gastarse un dineral en un cazo para ahorrar 80 gr de peso y luego llevar una comida “poco ortodoxa” y pesada para la actividad que estás realizando.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu blog, enhorabuena, tienen razón quienes me han dicho que te lo curras muy bien y sin el engreímiento que se ve en las bitácoras de otros bloggers. El titanio pesa más que el aluminio casi puro que suele utilizarse para el menaje, por lo que en cuanto a ligereza sólo es competitivo respecto al acero, sin embargo parece que es menos nocivo para la salud al calentarse que el aluminio y su cacareado efecto sobre el Alzheimer. En fin vaya usté a saber... Un saludo. Tino

Loki dijo...

Muchas gracias por tus comentarios Tino, viniendo de tí me parecen todo un alago.
Sí que es cierto que el aluminio es más nocivo para la salud y más ligero que el titanio, pero el problema es que es mucho más endeble que éste, por lo que para hacer un cazo medianamente resistente de aluminio las paredes deben ser más gruesas y por lo tanto más pesadas que las fabricadas con titanio, lo que hace que el peso final del cazo sea mayor con aluminio que con titanio.

Vlady dijo...

Que hay Loki:

Este debe ser el cazo de titanio de MSR que me comentó Labola8.

Adquirí en Yosemite unos de MSR pero no eran de titanio, aunque si antiadherentes. Un acosa muy practica cuando a lo mejor no dispones de agua para fregar los cacharros.

Salu2

Loki dijo...

Hola Vlady. Los cazos antiadherentes son mucho más fáciles de limpiar que los normales, sobre todo si te pasas con el fuego y se te quema la comida.
Lo malo es que son mucho más delicados que los "sencillos". Si metes por ejemplo el hornillo dentro del cazo para transportarlo y le das dos meneos a la mochila, el revestimiento se pica y al final acabas comiendo pasta con teflón. Si te fijas en las fotos del trípode verás lo destrozado que está mi cazo antiadherente...
Un saludo.

Historias de montaña dijo...

Qué hay Loki:

Eso es cierto. Al principio pensé eso, pero compramos cucharas de madera para evitar rayarlo antes de tiempo y un estropajo suave. Además, los de MSR, le han puesto una especie de trapos ente cada cacharro, para que proteja de esos golpes que dices...eso sí, no metíamos dentro más que la pinza de agarrar, que también leva su propia bolsita de trapo...no se que material es la tela, pero repelía el agua..

Esos si fue bastante caro...más que unas sartenes de cocina normales.

No me las quedé yo, y no te puedo decir que tal son a "largo" plazo, pero aguantaron muy bien los 21 días de uso continuado...y cocinamos bien eh? ;)

Salu2

PD: Estoy deseando ver más test de material.

Anónimo dijo...

La verdad que los Titan Kettle no los he probado, siempre he tenido las clásicas cocottes redondas porque las heredé de mi abuela, pero ya había leído buenas opiniones de los cazos y sartenes de titanio...