Un día mientras compraba material de oficina vi una posible solución: unas fundas de plástico para guardar DIN-A4 a más o menos 50 céntimos la unidad (marca Esselte), y que encima eran bastante más rígidas que las normales. Como las tarjetas son de menos de 10x21 cm y estas fundas eran para DIN-A4 (21x29,7 cm) me entraban de sobra. Además, necesitaba una funda algo rígida porque la idea era hacer una especie de sobre con solapa ya que no tenía otra manera de hacer el cierre de la funda para que la tarjeta no se saliera.
Para la fabricación marqué en la parte inferior de la funda (para tener tres lados cerrados) unos 12 cm: 10 cm para la tarjeta y 2 cm para la solapa del “sobre” y lo corté con un cúter. Ahora tocaba la parte un poco más delicada de toda la construcción: cortar sólo uno de los dos plásticos de la solapa para que el que queda actúe como cierre. No es nada complicado porque si se utiliza un trozo de cartón debajo del plástico, seguro que sólo cortáis el que queréis.
Una vez eliminado el plástico redondeé el que quedaba para que se pudiera deslizar dentro del sobre con mayor facilidad y lo doblé para que cogiese forma de sobre.
Para llevar la funda utilicé un cordón de esos que se utilizan para llevar el móvil colgado de la muñeca, para lo que tuve que hacerle un pequeño agujero a la funda para que pasase el cordón. Como el agujero lo tuve que hacer demasiado pegado al borde de la funda, lo reforcé un poco con pegamento alrededor antes de perforar la funda.
Con esta sencilla ñapa me aseguré de que no perdería la tarjeta de control aunque la soltara para apartar una rama, subir a una piedra o algo así.
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