jueves, 18 de diciembre de 2008

Paravientos Para Trangia

Como ya comenté en el artículo del Trípode, el objetivo principal que buscaba a la hora de fabricarme el hornillo de alcohol era conseguir un sistema de cocina integral (hornillo, trípode, paravientos y alcohol) que pudiese ser transportado dentro del propio cazo. Antes de decidirme por el modelo de paravientos que os presento, estuve buscando (y mucho) por la red en busca de ideas, pero casi todos los modelos que encontré eran rígidos y no se podían meter dentro del cazo. Otros modelos tenían piezas que se debían desmontar ya que el trípode iba incluido dentro del paravientos, lo que es un poco peligroso porque si se te pierde una de las varillas que sujetan el cazo te quedas sin cocinar: cuantas menos piezas tenga el sistema, menos posibilidades tenemos de perder algoy quedarnos sin cocina.

Para ser sinceros, no es que tuviera mucha fe en un paravientos hecho con papel de aluminio de un envoltorio de pollos asados, pero el bajo coste del recipiente (75 céntimos la pareja) y su rápida y sencilla fabricación (con 10 minutos y un cúter es suficiente) me animaron a probarlo. Además, el peso de este tipo de paravientos (unos 15 gramos) es irrisorio frente a los paravientos hechos con una plancha fina de aluminio o acero, por lo que si nos parece demasiado endeble podéis permitirnos el lujo de llevar dos, uno de repuesto. De todas formas os aseguro que ya llevo más de dos años con este modelo y todavía sigue funcionando.

Como digo, el único material que necesitamos para fabricarnos el paravientos es un envoltorio de pollos asados. Se puede reciclar uno usado, pero la verdad es que por 32 céntimos podemos hacernos con uno nuevo en cualquier "todo a cien" (mejor dicho "todo a un euro") y así evitamos que huela a pollo chamuscado cada vez que encendamos el hornillo.

Lo primero que hay que hacer el cortar la base del recipiente para que nos quede únicamente la pared de éste. Se puede hacer tanto con unas tijeras como con un cúter si se tiene el suficiente pulso. Una vez hemos retirado la base, precticamos un corte en la pared para que nos quede una larga tira de aluminio.

Para facilitar el plegado del paravientos lo mejor es eliminar el doblez de la parte superior del embase, lo que se hace directamente con los dedos.
Ahora hay que doblar la parte inferior del recipiente para que no corte y además darle algo más de rigidez. Primero doblamos un poco más de medio centímetro con la ayuda de una mesa o similar. Si no nos queda del todo perfecto no pasa nada porque así lograremos que se oxigene el hornillo. Una vez hemos realizado el primer doblez se puede repetir el proceso para que el doblez quede más "consistente", pero siempre fijándonos en que el paravientos no quede más bajo que el trípode que utilicemos.
Si vemos que el paravientos es demasiado largo se puede recortar hasta que se ajuste bien al diámetro del cazo que utilicemos, pero no conviene ajustarlo demasiado para que entre el suficiente oxígeno al hornilllo y la combustión sea óptima. Una vez tenemos la longitud de paravientos deseada, tenemos que hacer un doblez similar al que hemos hecho en la parte inferior para que no queden lados cortantes. Lo primero es cortar unos seis milímetros del doblez de la parte superior para poder realizar los dos dobleces pertinentes en la pared del paravientos.

Ya hemos terminado el paravientos, ahora sólo nos toca probarlo. Lo mejor es dejar la abertura de espaldas al viento para poder dejar el paravientos un poco abierto y que entre el suficiente oxígeno a la combustión. Asimismo, es conveniente no ajustar demasiado el diámetro del paravientos al contorno del cazo que utilicemos por la misma razón. Un síntoma bastante sencillo de detectar de que no entra suficiente oxígeno al hornillo es que la combustión de éste en vez de ser constante, va como "a tirones".

También se puede practicar una serie de agujeros en la parte inferior del paravientos con el típico perforados de hojas de oficina, pero debilita la ya de por si frágil estructura de nuestra ñapa. Yo prefiero dejar un poco abierto el paravientos.

En fin, a cocinarlo bien...

viernes, 14 de noviembre de 2008

La Importancia del Datum en Gps

Desde que escribí el artículo del Dátum en febrero de 2006 no lo había tocado. Ahora gracias a este nuevo blog me he decidido a revisarlo y actualizarlo ya que las cosas han cambiado mucho desde entonces. Así de paso retoco alguna cosilla que no me quedo del todo fina y aclaro alguna otra que más tarde he ido contestando en sucesivos comentarios.

Como ya dije en su día, este es un tema bastante más complicado topográficamente hablando de lo que parece a simple vista, por lo que intentaré simplificar lo más posible sin entrar mucho en detalles para favorecer la lectura del artículo y aclarar lo más posible el tema sin llenar el artículo de tecnicismos.

Cuando caminamos por la montaña con un Gps y un mapa en papel, podemos llevarnos la sorpresa de que tenemos dos coordenadas diferentes para un mismo punto (por ejemplo una cima). Esto se debe a que por defecto los Gps utilizan un sistema de coordenadas (WGS84) diferente al empleado en Cartografía (ED50). Para que el Gps nos muestre las mismas coordenadas que el mapa hay que configurarle el Dátum para que sea el ED50. Esta configuración sólo afecta a como nos muestra las coordenadas el Gps, ya que tanto los cálculos como el paso de datos con el ordenador se siguen haciendo en WGS84.

Aunque la mayoría de receptores cuentan con una lista de datums bastante extensa, yo le introduje a mano los valores que ofrece el programa “OziExplorer” para España y Portugal y que son los siguientes:

- DX: -84,0 m
- DY: -107,0 m
- DZ: -120,0 m
- DA: -251,0 m
- DF: -0,14192702


Para no aburrir en exceso a la gente, la explicación teórica de por qué hay que cambiar el dátum viene a continuación, así la información “práctica” queda al principio y la “teórica” al final. Continuamos.

Podemos definir el dátum como el origen de coordenadas utilizado en Gps, que por defecto es el WGS 1984. Cuando un Gps calcula nuestra posición, lo hace en un Sistema de Referencia Cartesiano en el que el eje Z va desde el centro de la Tierra hasta el Polo Norte, el eje X pasa por el centro y el meridiano de Greenwich y el eje Y es perpendicular a los otros dos. Para un punto dentro de España las coordenadas Cartesianas son del tipo:

- X WGS84: 4.839.322,725 m
- Y WGS84: - 316.991,175 m
- Z WGS84: 4.129.869,821 m

Como es muy difícil hacerse una idea de la posición del punto, lo que se hace es pasar a un sistema de coordenadas elipsoidal que utiliza las coordenadas geográficas Longitud y Latitud, mucho más familiares para todos. Para ello se emplea un Elipsoide de referencia, que es una figura matemática que se ajusta medianamente bien al conjunto de la superficie terrestre. Lógicamente la forma irregular de la Tierra sólo se asemeja a la forma del elipsoide, no coincide perfectamente con él, por lo que se produce un cierto error que afecta sobre todo a las cotas de los puntos y que ya explicaré más detenidamente en otro artículo. Para el mismo punto de antes las coordenadas elipsoidales son:

- Lat WGS84: 40º 36’ 24.75246” N
- Long WGS84: 3º 44’ 51.73285” W
- Alt. WGS84: 756,833 m

Estas coordenadas son mucho más reconocibles para los usuarios, pero sin embargo no son del todo rigurosas para compararlas con la cartografía Española. Aunque el Elipsoide del WGS84 se ajusta medianamente bien al conjunto de la Tierra, en España se optó por el Elipsoide de Hayford de 1950 desplazándolo además un poco respecto al WGS 1984 para que se adaptara mejor a la superficie de la península, naciendo el dátum ED50 (European Datum de 1950). Para liarlo un poco más si cabe, para realizar la cartografía se emplea una proyección para representar la forma del elipsoide en un plano (el mapa), y que se conoce como la UTM (Universal Transversa de Mercator). Las coordenadas cuadrícula del punto que hemos tomado como ejemplo serían las siguientes:

- X UTM: 436.853,835 m
- Y UTM: 4.495.594,058 m
- Alt. Orto: 704,857 m

Que son las coordenadas que encontramos en la Cartografía actual. Como habréis podido observar existe una gran diferencia entre la altitud ortométrica y la altitud WGS 84. Esto se debe a que la altitud ortométrica se mide hacia el centro de gravedad de la tierra y toma el nivel medio del mar de Alicante como origen, mientras que la WGS84 se mide perpendicular al elipsoide y toma a éste como origen de altitudes, pero no os quiero liar con el tema de las cotas más de momento ya que lo explicaré mejor en un próximo artículo.

Como he comentado al principio, las cosas han cambiado desde febrero de 2006 muy a favor de los usuarios de Gps. A mediados de 2007 se cambió el dátum de España para adaptarlo mejor a la tecnología Gps: nacía el ETRS89. Este nuevo sistema de referencia, lejos de liar más el tema de los sistemas de referencia (es lo que parece a simple vista) utiliza unos parámetros que perfectamente pueden ser descartados a nivel usuario (el del 95% de la gente). Esto quiere decir que a efectos prácticos el ERTS89 equivale al WGS84, por lo que en un futuro no habrá que cambiar el dátum de nuestros navegadores para comparar las coordenadas que nos muestran con las coordenadas que obtendremos de un mapa.

Lógicamente aunque este nuevo sistema de referencia se empezó a utilizar a finales de agosto de 2007 (el Real Decreto se publicó en el BOE número 207) la cartografía en papel impresa hasta la fecha utiliza el ED50. De hecho, existe un periodo de adaptación en el que coexistirán ambos sistemas de referencia, pero el paso es, de verdad, muy importante y beneficioso para todos.

jueves, 30 de octubre de 2008

Porta Bidones Para Mochila

En carreras de larga duración una correcta hidratación es fundamental. Siempre he utilizado el camelbak porque me parece el sistema más rápido y cómo para beber, pero tiene un par de inconvenientes que me han empujado a probar otros sistemas. El primer inconveniente y el más evidente es que no sabes a ciencia cierta la cantidad de agua que te queda. Puedes estimarlo más o menos, pero os aseguro que te puedes llevar una sorpresa muy desagradable si se te acaba el agua a mitad de carrera. El segundo inconveniente es simplemente una cuestión de comodidad a la hora de llenarlo por ejemplo en un arroyo: tienes que quitarte la mochila, sacar el camel, llenarlo con cuidado de no mojar la mochila porque sacar también el tubo es un rollo y volver a meterlo todo en su sitio porque si llevas una mochila justa de espacio (algo muy común) luego tienes que volver a encajar todo el equipo.

En una carrera probé un sistema híbrido de camel (con agua) y bidón (con isostar) con muy buenos resultados. La idea era beber del camel hasta que se me agotara y aguantar el bidón como reserva extra y funcionó a la perfección porque no tenía donde repostar agua.
En la siguiente carrera donde probé el sistema la cosa era diferente: era de más duración y había que estar repostando constantemente. Por lo tanto tuve que variar un poco la logística llevando el bidón siempre lleno para saber cuánto agua tenía y rellenarlo sin problemas y aparte el camel con medio litro “por si acaso” que rellenaba cuando la parada era también para sacar algo de la mochila, comer algo o reponer fuerzas.
Lo malo del bidón es tenía que llevarlo en una redecilla en el lateral de la mochila y era un tostón sacarlo cada vez que quería beber, sobre todo cuando el terreno era algo técnico. Una posible solución utilizada por la gente es un porta bidón de esos que se acoplan en el tirante de la mochila como el de la marca raidlight.
El problema es que son 20 €, así que había que encontrar un sistema más barato… y ligero.

El sistema es de lo más sencillo de fabricar ya que sólo consta de dos tiras de velcro con una anilla de plástico a modo de cierre.
He de reconocer que yo ya tenía las tiras hechas, pero vamos, con una máquina de coser no creo que se tarden más de 5 minutos en preparar todo. Mis tiras miden 35 cm de largo por 1,5 de ancho (para que pase por el tirante de las mochilas Salomon) con una hebilla de plástico de esas cuadradas que seguro que se pueden encontrar en mercerías, el Decathlon o tiendas de montaña. La parte de velcro que no pincha mide 28 cm, va cosida a la que si pincha (de 7 cm) y a la anilla como se ve en la foto, vamos, no tiene pérdida.

Como el bidón que voy a utilizar tiene una hendidura cerca de la boca, no creo que se resbale de las cintas y se caiga, pero de todas maneras yo le puse un poco de silicona haciendo una especie de zig-zag por si acaso.
Para colocar el porta bidones en la mochila aproveché la trabilla que llevan las mochilas Salomon en el tirante para pasar la cinta superior (espero que aguante el trajín), la inferior queda suelta y depende de la altura del bidón.
Me preocupa un poco el balanceo lateral que pueda tener el bidón en carrera, pero creo que los demás porta bidones tienen el mismo problema, ya veremos con las pruebas.
La verdad es que no me he parado a pesar el porta bidones porque realmente el peso que tiene es irrisorio, debe rondar los 5 gr cada cinta como mucho…
Ahora sólo me queda acoplar una boquilla de camel al bidón para no tener ni que sacarlo para beber, aunque he leído por la red que da la sensación de que se te van a meter en un ojo. Tendré que probar ambos bidones para ver cual me convence más antes de la siguiente carrera.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Titan Kettle de MSR

Elegir un buen cazo para cocinar en montaña o en carreras de varios días es una elección mucho más compleja de lo que parece a simple vista cuando quieres exigir a tu equipo el máximo rendimiento con el mínimo peso. En el mercado existen básicamente tres materiales con los que se fabrican estos elementos: el aluminio, el acero y el titanio. Este último es un elemento químico de color gris plata de propiedades mecánicas muy parecidas al acero pero mucho más ligero que éste, gracias a lo cual se pueden fabricar cazos con unas paredes mucho más finas que las de los cazos de aluminio (los más utilizados) manteniendo la misma resistencia y sin embargo aligerando bastante el peso final.


El Titan Kettle de MSR es un cazo de titanio con un diseño austero que le otorga un peso total (cazo + tapa) de 118 gr (pesados) mientras que un cazo de aluminio de similares prestaciones como el mío de Ferrino pesa 169 grs. Lo malo del titanio es su precio: mientras que el cazo de aluminio cuesta unos 24 €, el de titanio ronda los 52 € y es que la calidad se paga. ¿Merece la pena pagar 28 € más para ahorrar 50 gr de peso? Pues depende de la actividad que vayamos a realizar y de la posibilidad de ahorrar ese peso en otros elementos menos costosos. Hay que tener en cuenta que 50 gr es lo que pesa el alcohol necesario para cocinar un sobre de pasta, por lo que cambiar de cazo nos permite comer un día más sin incrementar el peso…

El cazo tiene unas medidas de 9 cm de alto por 11,5 de diámetro, lo que le da una capacidad de 0,85 l, más que suficiente para un sobre de pasta o una sopa. Estas dimensiones están pensadas para llevar una bombona de gas de tamaño medio dentro de él, lo que nos ahorra ese espacio en la mochila. Lo malo es que el hornillo tiene que ir a parte porque no cabe dentro del cazo a no ser que lleves el tamaño pequeño de bombona, tamaño que por otra parte es más que suficiente para cocinar dos o tres días si no derrites nieve.

Cuenta con dos asas abatibles que se pliegan hacia los laterales para transportarlo, por lo que en principio no es necesario llevar pinzas, ahorrándonos otros 30 gr de peso (y ya van 80 gr entre cazo y pinzas). La mala conductividad del calor del titanio puede hacernos creer que no es necesario que las asas lleven material aislante, pero en realidad no es así: cuando la comida empieza a hervir se calientan bastante, por lo que hay que tener cuidado al cogerlas para no quemarse. Creo que podían haber forrado con material aislante por lo menos de la mitad de las asas hacia arriba sin peligro de que el aislante se quemara, para ganar comodidad de uso. De momento habrá que seguir utilizando un guante, pañuelos o similares para protegernos de quemaduras.

Un buen detalle de diseño es el pitorro que convierte el cazo en una jarra. De esta manera es mucho más sencillo llenar una botella de agua si hemos derretido nieve para hacer agua que si el cazo no tuviera esa hendidura en el borde, y es que el diseño de este cazo cumple a la perfección con la máxima del minimalismo: “Hacer más con menos” ya que sirve como jarra, transporte de la bombona y hornillo y, por supuesto, cocinar.

La tapa se encaja en el cazo (vamos que no se cae si lo ponemos boca abajo) para transportar el conjunto de una sola pieza, por lo que no necesitamos ni gomas ni artilugios parecidos. Cuenta con un asa abatible con material aislante para poder manipularla sin quemarnos, que se encaja perpendicular a la tapa para que el plástico aislante no la toque y no se derrita. Además tiene un pequeño agujero que nos permitirá utilizarla como escurridor de pasta (otra función más) y para evitar que la tapa salte debido a la presión de la cocción de la comida. Sobra comentar que siempre es recomendable utilizar la tapa para acelerar la cocción de los alimentos y ahorrar combustible.

Otra pega de los cazos de Titanio es la mala conductividad del material. Esto hace que sólo la parte en contacto directo con la llama transmita el calor a la comida que estamos cocinando, o dicho en otras palabras: que la comida se pega que da gusto. Hay que tener cuidado (en serio) de cocinar a fuego lento y remover constantemente la comida para que no se pegue en el fondo del cazo porque luego cuesta bastante eliminar lo quemado y deja un sabor bastante desagradable. Tampoco ayuda mucho a este problema que el cazo no disponga de tratamiento antiadherente, supongo que para ahorrar peso y no encarecer todavía más el producto.

En resumen, es un cazo ideal para dos o tres personas como mucho a las que el ahorro de peso les importa más que una comida elaborada. Además es lógico, porque por un lado la capacidad del cazo tampoco es que dé para cocinar mucho más que un sobre de pasta, sopa o liofilizados y por otro, es un poco ilógico gastarse un dineral en un cazo para ahorrar 80 gr de peso y luego llevar una comida “poco ortodoxa” y pesada para la actividad que estás realizando.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Tornillos de Hielo

Todo el mundo que empieza con la escalada en hielo sabe que elegir los tornillos de hielo es una tarea de lo más complicada. Cuestan un dineral y encima nuestra seguridad depende directamente de ellos, por lo que no es una decisión para tomar a la ligera. Cuando yo empecé, me aseguré de preguntar a la mayor cantidad de gente posible: conocidos, foros de internet y gente a pié de vía y todos coincidían en una cosa: los mejores tornillos son los de manivela integrada. En cuanto al modelo existían dos opiniones mayoritarias, los partidarios de los Charlet-Moser y los de Black Diamond, así que decidí comprarme las dos marcas más recomendadas y decidir por mi mismo cuáles me gustaban más.
Otro problema diferente es el de las medidas de los tornillos. La medida estándar sería la de 16 cm para progresar pero no puede faltar uno de 13 cm para hielo fino y otro de 22 cm para hacer puentes de hielo. En particular, mi juego de nueve tornillos y un pitón de hielo está formado por los siguientes:
- 2 Laser Sonic de 13 cm (165 gr)
- 2 Turbo Ice Express de 16 cm (157 gr)
- 2 Laser Sonic de 17 cm (183 gr)
- 2 Turbo Ice Express de 19 cm (168 gr)
- 1 Turbo Ice Express de 22 cm (181 gr)
- 1 Spectre Ice Piton (130gr)

Lo que todavía no he decidido es si este año añadiré un tornillo de 10 cm para aseguramiento precario, ahora que el nuevo ice express ya está homologado para caídas (el antiguo modelo no y el Charlet-Moser tampoco) o cogeré otro de 13 cm y si la cosa está fea lo estrangulo con la cinta plana haciéndole una gaza.
El pitón de hielo se utiliza para hielo extremadamente fino o para fisuras heladas. Es un aseguramiento más psicológico que real porque realmente no está homologado para caídas y la verdad es que da la sensación de que se va a salir si te caes, pero si no cabe otra cosa, te tienes que fiar y punto. Lo bueno del modelo de BD es que tiene cinta larga, con lo que se puede evitar que la cuerda haga zigzag en ese seguro. Desde luego, yo dejaría su compra para lo último, ya que si estás empezando tampoco te vas a metes en vías que no se puedan asegurar con tornillos.

Por hacer un resumen, tengo que decir que en general prefiero los Black Diamod a los Charlet-Moser, pero mejor paso a contaros por qué. Para empezar, como se puede observar en la tabla (con pesos reales, no los de la web) los Black Diamond ganan (y por mucho) en el apartado del peso ya que son bastante más ligeros que los Charlet-Moser (sólo hay que comparar el de 16 con el de 17 para hacerse una idea), algo muy importante cuando llevas el juego completo.

Una vez colocados en el arnés, los BD son más fáciles de identificar debido al código de colores que aplican a la manivela (el azul es el de 16, el gris el de 19 y así sucesivamente) por lo que no tienes que estar comparando los tornillos entre sí para ver cuál es la longitud adecuada que quieres sacar del portamaterial. Como yo sólo tengo dos longitudes de ChM (13 y 17 cm) marqué con esparadrapo los más cortos para diferenciarlos.

Los DB son algo más fáciles de sacar de los portamateriales (en mi caso los caritool de Petzl) ya que la chapa no gira sobre sí misma, por lo que cogiendo el tornillo y girándolo se extrae fácilmente del mosquetón sin tener que estar sujetando la chapa específicamente para que esta no gire en la maniobra.

En cuanto a la penetración en el hielo ambos tornillos son increíbles, con media vuelta de muñeca se quedan sujetos al hielo, aunque para mi gusto el BD muerde entes el hielo.

En el roscado es donde el BD es claramente superior al ChM. Su diseño de manivela es mucho más cómoda (sobre todo la nueva versión ligeramente cónica) que el diseño de “chapa” giratoria de ChM. Mientras que la manivela del BD permite roscar el tornillo tanto cogiéndola con los dedos como apoyando la palma de la mano si el hielo es muy duro, la chapa giratoria sólo permite roscar cogiéndola con los dedos, lo que es un problema cuando llevas cubre-guantes de gore (no muy ajustados) ya que se enganchan y la manivela queda inutilizada.

A la hora de “chapar” el tornillo también prefiero el BD al Chm ya que como la chapa gira, en ocasiones, cuando estás realmente “pillado”, cuesta un poco pasar el mosquetón y es que no es tan sencillo chapar con guantes gordos como parece a simple vista. Lo bueno de ambos diseños de manivela es que ninguno de ellos molesta cuando chapamos, el BD porque es muy compacto y en el ChM la manivela sencillamente no existe.

Hasta aquí, parece que los tornillos de ChM son un poco “castaña”, pero no es así, son unos muy buenos tornillos y al quitarlos de la pared se nota. Mientras que el DB se tiene que deschapar para sacarlo, con los ChM se puede utilizar la propia cinta para ello. No es tontería, importa mucho. Para sacar el BD tienes que quitar la chapa, sacar la manivela, desenroscar y estar atento en las últimas vueltas para que no se te caiga. Con el Chm agarras la cinta y desenroscas con ella, por lo que es imposible que se te caiga si haces la maniobra rápidamente.

En el transporte y almacenaje también destacan los ChM y con nota. Los Iceflute son la bomba de cómodos y seguros: se pueden colgar de un cinturón en grupos de cinco, impiden que las roscas sufran desperfectos al impactar los tornillos entre sí o con otro material y es imposible que los tornillos se caigan por accidente. Cada uno pesa 27 grs pero desde luego que merecen la pena.
En lo que se refiere al precio, creo que en este caso no debería ser un factor que condicionase en exceso la compra de uno u otro modelo, ya que están más o menos a la par. Un ChM viene a costar unos 4 ó 5 € más caros que los BD, pero con el Iceflute incluido. Si lo tenemos que adquirir aparte (unos 25 €) los dos modelos se quedan igual de precio.

En resumen, lo mejor es comparar por uno mismo los dos modelos para ver con cual nos “apañamos” mejor. Aunque yo prefiero los BD por las razones que he expuesto, tengo compañeros fieles a sus ChM porque como he dicho, también son unos tornillos excelentes y además, para gustos los colores.

Para no extenderme tanto con este artículo ya escribiré otro específico para hablar del mantenimiento de los tornillos (fundamental para que funcionen correctamente) y demás material de hielo (piolets y crampones), porque creo que el tema da para mucho.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Trípode Para Trangia

Desde que descubrí los hornillos de alcohol hechos a mano, mi obsesión siempre ha sido crear un sistema de cocina (quemador, trípode y paravientos) que pudiera ser transportado dentro del propio cazo utilizado para cocinar, de tal manera que todos los bártulos de cocina quedaran protegidos y a salvo de golpes. Merecía la pena indagar en este tipo de sistema que pesaba unos 20 gr, trípode y paravientos aparte.

Descubrí este tipo de hornillos de la mano de viajar a pie quien en su página web, además de mostrar su propio hornillo hecho a mano, tenía un enlace a la piedra filosofal de los hornillos de alcohol, la página de Zenstoves (de visita obligada). En esta última, además de ejemplos de todo tipo de diseños de hornillos, hay una gran variedad de modelos de paravientos y trípodes, pero lo malo es que ninguno me acababa de encajar. Un día navegando en busca de trípodes, di con una página (actualmente no la encuentro, por lo que no puedo poner el enlace, lo siento) que tenía un diseño de trípode plegable que se asemejaba bastante a lo que yo buscaba: era sencillo, plegable y fácil de fabricar, así que me puse manos a la obra a ver si lo podía construir yo mismo.

Los materiales son bastante sencillos de encontrar porque sólo se necesitan tres radios de bicicleta (te los regalan en cualquier taller) y dos trozos de tubo de aluminio de 8 mm de diámetro exterior y 1 mm de grosor (que se compra en cualquier centro de bricolaje en barras de 1 m).

Lo primero es cortar dos trozos de tubo de unos 5 cm, en mi caso, y aplastarlos un poco porque el diámetro interior del tubo es tan pequeño (tan sólo 6 mm) que si no los radios no entrarían. Para ello lo mejor es utilizar un tornillo de banco, pero como en el primer modelo que fabriqué no tenía, lo tuve que hacer a golpe de martillo. Con un poco de paciencia y cuidado se consigue así también, pero lo más rápido y sencillo es lo del tornillo de trabajo porque no se tarda nada y queda mucho mejor.

Una vez que tenemos los dos tubos aplastados lo siguiente es dar forma a los radios como se aprecia en la fotografía para formar el trípode. Con unos alicates normales se hace bien, aunque lo mejor es utilizar unos de punta fina para que al doblar los radios no queden holguras que más tarde puedan desestabilizar el cazo.

Otro modelo que se puede fabricar consiste en utilizar sólo un tubo de aluminio y dos radios para conseguir un trípode en forma de “V” (así es como venía en la web) pero yo me decanté por el de tres radios por si utilizaba una sartén de gran diámetro y tenía que utilizar el trípode como aparece en la foto. Además no se ahorra tanto peso al hacerlo en “V” porque el mío sólo pesa 22 gr frente a los 13 gr de este modelo y sin embargo se gana bastante estabilidad a la hora de cocinar. Desde luego, con lo poco que se tarda en fabricarlos, lo mejor es hacerse los dos y elegir el más adecuado para cada ocasión.

Hasta ahora no he hablado mucho de medidas porque creo que lo interesante es que cada usuario ajuste el tamaño del trípode a su cazo para poder llevarlo dentro de él. Eso en cuanto a la longitud del lado del triángulo, porque lo que sí que es importante según los expertos es que las patas tengan una longitud tal que eleven el cazo más o menos una pulgada (2,54 cm) por encima del hornillo para que la llama sea lo más eficiente posible. Eso en teoría, porque el mío (de 10 cm de lado del triángulo y 5,5 cm de alto) separa el cazo sólo unos 1,5 ó 2 cm y funciona realmente bien. Lo hice así de alto porque el cazo es de 5,5 cm de alto, lo que me obligó a fabricarme un paravientos de más o menos esa altura y por consiguiente un trípode también de esa altura.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Cubiertos de Policarbonato Quechua

Normalmente, las marcas de decathlon (quechua en montaña, Kalenji en atletismo, etc.) nos suelen ofrecer productos baratos no muy técnicos con una buena relación calidad-precio. Sin embargo en algunas ocasiones me sorprenden con algún producto que sencillamente destaca tanto por su utilidad como por su calidad. Este es el caso de los cubiertos de policarbonato quechua, que además de ser buenos son baratos.

Tengo que admitir que me suelo decantar por las marcas conocidas cuando busco algún producto técnico, pero tras mucho buscar, simplemente no encuentro unos cubiertos de alguna marca “de prestigio” que convenzan más que éstos ya que al estar separados son bastante polivalentes. En carreras de dos o tres días de duración, donde sabes perfectmante lo que vas a tener de comida, te las puedes apañar para comer pasta y sopas que sólo necesiten la cuchara. En estancias más largas quizá sea necesario llevar también el tenedor, lo que apenas incrementará el peso del equipo.

Están fabricados en policarbonato, un plástico muy resistente que además los otorga una gran ligereza de tan sólo 11 gr por cubierto. Pero además el policarbonato ofrece una gran ventaja respecto al acero, aluminio o titanio ya que no ralla el material antiadherente con que cuentan algunos cazos y sartenes, permitiendo que duren mucho más. Cuando me compré el cazo de Ferrino antiadherente (del que ya haré un artículo) cociné con los cubiertos de metal que traía el set y lo único que conseguí fue deteriorar el material, que tras pocos usos se fue desprendiendo poco a poco. Sin embargo, compañeros con cazos similares (también marca quechua) que utilizan los cubiertos de plástico no han tenido ese problema.

Vienen con un práctico mosquetón de 6 gr también de policarbonato para mantenerlos siempre juntos o colgarlos de algún enganche de la mochila para tenerlos siempre controlados, lo que yo agradezco ya que no me caben dentro del cazo que suelo llevar. Y es que aunque son bastante compactos (unos 17 cm), no lo son lo suficiente como para llevarlos dentro de un cazo de 0,85 litros, cosa que realmente no me importa mucho, ya que si entraran serían (para mi gusto) demasiado cortos y te podrías quemar al cocinar.

Por ponerles alguna pega, yo eliminaría el cuchillo del set, aunque por el precio que tiene, no me importa mucho pagarlo aunque luego no lo utilice. Como es de plástico, no corta mucho y llevar a la montaña un cuchillo que no corta y por otro lado una navaja que sí lo haga va en contra de la ética del minimalismo “hacer más con menos”. Tampoco estaría mal un diseño como el del Spork XM de “Light my fire” (16 gr y 3,99 $) o como el de “FireLite” (8,2 gr y 12,99 $) aunque sinceramente creo que para el poco peso que te ahorras no merece la pena andar con estos diseños tan poco “ortodoxos” que además son más caros.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Funda Porta Tarjetas de Control

Cuando empecé a correr carreras de orientación llevar la dichosa tarjeta de control siempre era un pequeño calvario, no me apañaba: si la llevaba en la mano se me caía y si la llevaba en la misma funda que el mapa, cuando “picaba” tenía que volver a recolocarme el mapa para ver el siguiente punto de control, un rollo sobre todo con mapas en DIN-A3. Había visto en algunas carreras a corredores que las llevaban en unas fundas de plástico que se enganchaban con una goma en el pulgar, pero se compraban en carreras de la liga nacional y yo necesitaba una urgentemente, así que me puse a diseñar un apaño casero.
Un día mientras compraba material de oficina vi una posible solución: unas fundas de plástico para guardar DIN-A4 a más o menos 50 céntimos la unidad (marca Esselte), y que encima eran bastante más rígidas que las normales. Como las tarjetas son de menos de 10x21 cm y estas fundas eran para DIN-A4 (21x29,7 cm) me entraban de sobra. Además, necesitaba una funda algo rígida porque la idea era hacer una especie de sobre con solapa ya que no tenía otra manera de hacer el cierre de la funda para que la tarjeta no se saliera.

Para la fabricación marqué en la parte inferior de la funda (para tener tres lados cerrados) unos 12 cm: 10 cm para la tarjeta y 2 cm para la solapa del “sobre” y lo corté con un cúter. Ahora tocaba la parte un poco más delicada de toda la construcción: cortar sólo uno de los dos plásticos de la solapa para que el que queda actúe como cierre. No es nada complicado porque si se utiliza un trozo de cartón debajo del plástico, seguro que sólo cortáis el que queréis.

Una vez eliminado el plástico redondeé el que quedaba para que se pudiera deslizar dentro del sobre con mayor facilidad y lo doblé para que cogiese forma de sobre. Para llevar la funda utilicé un cordón de esos que se utilizan para llevar el móvil colgado de la muñeca, para lo que tuve que hacerle un pequeño agujero a la funda para que pasase el cordón. Como el agujero lo tuve que hacer demasiado pegado al borde de la funda, lo reforcé un poco con pegamento alrededor antes de perforar la funda.

Con esta sencilla ñapa me aseguré de que no perdería la tarjeta de control aunque la soltara para apartar una rama, subir a una piedra o algo así.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Vuelta al Cole

Ya estamos de vuelta como los corticoles en septiembre. Esta semanita de vacaciones me ha venido muy bien para aclarar conceptos de este pequeño proyecto que es el blog.
Entre esos nuevos conceptos, en cada revisión de material intentaré comentar por qué me compré ese material en concreto y a que tipo de actividad lo he enfocado porque creo que será de gran ayuda a futuros compradores.
Además creo que también voy a introducir de vez en cuando material nuevo que sale al mercado y que me parezca innovador o que de alguna manera, me gustaría adquirir o probar. No soy muy partidario de ello, porque no quiero que el blog se convierta en un escaparate, por lo que seré muy selectivo con esta sección e intentaré introducir únicamente material que realmente valga la pena.
Por lo demás más de lo mismo en breve: revisiones de material, mejoras y pegas. ¡Ah! y ñapas, muchas ñapas, que me encantan.
Para la semana que viene: funda porta tarjetas de control. Una sencilla ñapa para el mundo de las carreras de orientación (que vuelven en septiembre) y raids que te permite llevar la tarjeta de control colgada de la muñeca.
Y sobre todo gracias, muchas gracias a los que dedicáis un rato de vuestro valioso tiempo a curiosear en este pequeño espacio virtual...

viernes, 29 de agosto de 2008

Cerrado por Vacaciones

Ahora me toca a mi colgar el cartel de cerrado por vacaciones. No tardaré en quitarlo, que sólo me voy nueve días, pero prefiero colgar el cartel, antes de que la gente piense que he abandonado este proyecto.
No os preocupéis, que septiembre va a venir cargadito de artículos de material de todo tipo (ya los estoy preparando) y muchas más ñapas, que todavía no he acabado con todas las que tengo en casa...
Sobre el diseño (apariencia) del blog, pues espero que seáis un poco pacientes porque la verdad es que no doy a basto, los comienzos siempre son difílices.
Por lo demás, muchas gracias a todos los que habéis invertido un poco de vuestro tiempo en entrar en este blog, espero que os haya gustado.
Un saludo.

jueves, 28 de agosto de 2008

Caña Para Deportiva

Hoy en día no es nada raro ver a escaladores acarreando todo tipo de artilugios destinados a chapar la primera cinta en una vía de escalada. Hay desde palos de pintor hasta cañas prefabricadas como la “Telemaster” de Lucky. Después de analizar varios modelos y coger lo que más me gustaba de cada uno, me decidí a fabricarme el mío, cuyo precio no superó los 18 €.

El primer elemento que hay que tener es la caña, que compré en Decathlon por 14 €, un precio bastante asequible. Se trata de la Telesco7, de la marca Geologic, que como su nombre indica tiene una longitud total de siete metros. Una vez tenemos la caña hay que quitarle los dos primeros tramos porque son muy endebles y se doblan con el peso de la cinta y el mosquetón, lo que se consigue desenroscando el tapón de la parte trasera de la caña y sacándolos. No os preocupéis, ¡Que todavía tenemos una caña de cinco metros!.

El segundo elemento es la pinza con la que sujetaremos el mosquetón para subirlo a la chapa. He visto varios tipos de pinzas, pero no me acababan de convencer del todo. Las más utilizadas son las pinzas de batería. Lo malo de este tipo de pinza es que tienes que dar con el tamaño adecuado para que pille el mosquetón y el cierre a la vez. Si no, cuando pones el mosquetón en la pinza, éste queda con la abertura completamente hacia arriba, lo que en determinadas ocasiones nos puede plantear más de un quebradero de cabeza para pasar el mosquetón por la chapa. Si la pinza es demasiado grande, una vez que pasamos el mosquetón por la chapa y tiramos de la caña hacia abajo, la pinza suelta el gatillo y se cierra pillando el mosquetón, por lo que para liberarlo hay que pegar un buen tirón que araña el cuerpo de éste.

Para colocar la pinza en la caña, basta con quitar la goma protectora de uno de los mangos de la pinza, meter dicho extremo dentro del último tramo de caña y pegarlo con pegamento termo-fusible. Para que la pinza no se salga con facilidad a la hora de pegar el tirón cuando hemos chapado, antes de meterla en el tramo doblé hacia afuera las patillas del mango. Para aplicar el pegamento y que la pinza quede bien sujeta, metí una bolita de papel de aluminio dentro del último tramo hasta que se quedó encajada a la altura del mango de la pinza e hizo de tope al pegamento. Luego rellené el extremo con el pegamento, metí la pinza y rellené con pegamento los huecos que quedaron.

Para que al tirar de la caña una vez hemos chapado la cinta la pinza no dañe el mosquetón arañándolo, se puede poner un trozo de tubo de plástico (macarrón transparente bien ajustado) en las puntas de ésta. Con esto conseguimos además que el gatillo del mosquetón no resbale tan fácilmente una vez colocado. El último detalle que se le puede acoplar a la pinza es un pequeño gancho metálico para sujetar la cuerda a la que se sube la cinta, para que ésta no tire del mosquetón hacia abajo y se suelte el gatillo de la pinza. Para hacerlo yo utilicé un trozo de radio de bici al que le di la forma de gancho con unos alicates y lo recubrí con un trozo de tubo de tinta de boli bic para que no se enganchara la cuerda.


Para terminar, puse un poco de esparadrapo en la pinza para que no quedaran aristas y en el inicio de los tramos para que no se astillaran.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Tabla Para Crampones

Uno de los mayores temores que todos tenemos cuando llevamos los crampones en la mochila es que pinchen cualquier prenda que llevemos dentro de ésta. En el mercado hay toda una serie de bolsas hechas de materiales tipo cordura que nos pueden salvar de la mayor parte de pinchazos, siempre y cuando la propia bolsa no se pinche debido a la presión.

Estuve pensando en cómo llevar los crampones de tal forma que ocuparan lo menos posible, tuviera la certeza de que no iban a pinchar nada dentro de la mochila y que no se disparase el peso. Encontré un material perfecto para esta ñapa, el poliestireno extruido. Se trata de una especie de corcho de ese empleado para embalar equipos electrónicos, pero que no suelta bolitas cuando se corta o trabaja con él, ya que no está formado por bolitas, sino que es una pieza entera. Es una plancha de color amarillo o azul con diferentes grosores y que como su homólogo de color blanco no pesa nada, aunque es mucho más resistente que él. Se puede encontrar en cualquier almacén de material de construcción por un precio de unos 4,50 € el metro cuadrado, un chollo.
La fabricación de la tabla no puede ser más sencilla. Se coloca un crampón pinchándolo en el corcho.
Con un cuchillo bien afilado y de filo largo y ancho, se corta un rectángulo alrededor de él dejando uno o dos centímetros todo alrededor del crampón.
Luego, con un trozo de lija se pueden redondear los cantos para que no se rompan con el uso y se pueden practicar los pertinentes rebajes en la superficie para que el crampón asiente perfectamente en la tabla.
Ahora sólo nos queda colocar el otro crampón, pero orientando las puntas frontales hacia la parte de atrás del otro. Así conseguimos que las puntas de uno no choquen con las del otro y que el corcho sólo necesite un grosor igual a la longitud de las puntas de los crampones.
Una modificación que estoy pensando es recubrir los bordes con cinta americana para que no se deterioren con el uso, lo que no aumentará casi nada el peso total de la tabla pero que la hará mucho más duradera.

Ahora podemos estar completamente seguros de que nuestros crampones no van a volver a agujerear nada del material de la mochila, ni a ésta, aunque nos sentemos directamente sobre ella.

viernes, 22 de agosto de 2008

Tienda Raid de Coleman

La Raid es una tienda que cumple perfectamente su objeto principal: dar cobijo en carreras tipo Raid con un peso mínimo que ronda los 980 gr. según catalogo y con un precio de unos 120 €. Es sin duda, una de las mejores tiendas en relación peso-precio que podemos encontrar con cierta facilidad en el mercado Español.
Tiene un diseño bastante logrado gracias al cual se pliega sobre si misma para el transporte gracias a un bolsillo de malla situado en el suelo, quedando un bulto de un bastante pequeño y compacto. Las varillas son de aluminio y una vez desmontadas también se guardan en el mismo bulto, lo que simplifica el transporte.
Sus dimensiones montada son bastante justas, sin espacio para lujos, aunque suficientes para dos personas de tamaño medio, eso sí, sin contar con el material, que no entra dentro de la tienda a no ser que sea realmente reducido, lo que puede ser un problema si llueve y se tiene que quedar fuera.
El montaje resulta muy sencillo y rápido, quedando perfectamente estirado el tejido sin necesidad de muchos ajustes gracias en parte a la forma en “U” de las varillas que ayudan a moldear las paredes de la tienda. Lo más complicado es conseguir que las varillas queden bien sujetas debido al sistema de enganche: una tira de velcro al final del carril de tela, que si no se ajusta bien, se puede despegar debido al movimiento dentro de la tienda. Creo que en la versión posterior se corrigió dicho fallo con un sistema de enganche más tradicional (una cinta con un agujero donde se introduce el extremo de la varilla) y yo intentaré hacerle una ñapa parecida a mi versión.
Cuando me la compré, lo primero que hice fue comprar un juego de clavos porque los que trae de serie la verdad es que no ofrecen mucha confianza (miden sólo unos cinco centímetros) sobre todo teniendo en cuenta que la tienda no es autoportante y depende de la integridad los vientos para su montaje. Los diez clavos de aluminio (90 gr en total) me costaron 18 €, una inversión que debería evitarse tratándose de una tienda que cuesta 120 € y de una marca como Coleman, que estoy seguro que puede ofrecer un diseño de clavos mucho mejor sin necesidad de incrementar sustancialmente el precio y el peso final.
Otro cambio que realicé fue el de los vientos más o menos por la misma razón que los clavos: los de serie no me ofrecían mucha confianza. Los vientos que trae la tienda están fabricados con cordino de 2 mm, que seguro que es suficiente para asegurar la tienda, pero creo que se pueden llegar a degradar demasiado rápido y como ya he comentado, sin clavos y vientos no se puede montar la tienda. Con este cambio el peso no creo que aumente mucho y sin embargo se gana en tranquilidad. Tengo que admitir que aunque el cambio de los clavos es realmente necesario, los vientos los cambié más por antojo personal y se puede funcionar perfectamente con ellos.
Aconsejo por lo tanto llevar siempre un viento de recambio y uno o dos clavos de más (la tienda necesita nueve) para evitar sorpresas desagradables.
Todavía no he tenido la "suerte" de probarla con lluvia, por lo que no puedo opinar de su impermeabilidad, aunque en principio los 3.000 mm del tejido del techo y los 8.000 mm del suelo deberían ser suficientes.
Al ser monotecho, la tienda condensa mucho a pesar de las ventilaciones que tiene en el lado de la cabeza. Por la mañana el techo está repleto de gotas que caen encima del saco si se agita el techo, por lo que hay que tener cuidado para que todo se mantenga seco. Es de agradecer la mosquitera de la puerta, que permite dormir con la puerta abierta (disminuyendo la condensación) sin que entren insectos si la climatología lo permite. Cuenta con el típico bolsillo interior para guardar el reloj o el frontal pero, a diferencia de otras tiendas que tengo, cuelga de una esquina encima de la cabeza en vez de estar cosido a un lateral por lo que si duermen dos personas, lo mejor es recogerlo con un imperdible, ya que cuelga directamente en la cara de la persona que duerme en el lado sin puerta.
En definitiva, la Raid es una tienda más pensada para carreras con pocos vivacs que para travesías largas a no ser que duerma una persona sola. Su principal baza es lo poco que pesa y ocupa en la mochila, no la comodidad ni el espacio interior.


Por fin me he decidido


He creado este blog para poder dar mi punto de vista de todo el material de montaña que tengo y dar mi opinión (siempre personal, claro) de sus puntos fuertes y de cómo se podría mejorar.

No es que tenga un currículum deportivo estratosférico, pero creo que siempre se pueden aportar detalles que mejoren nuestro material sin llegar a salir en las portads de las revistas, sólo hay que ser un poco perfeccionista y observador. No hace falta acampar en el campo base de ningún ochomil, para darse cuenta de que una tienda de acampada condensa demasiado (por poner un ejemplo). Aunque trataré de ser lo más objetivo posible, no creo que siga ninguna ficha preestablecida porque creo que así la lectura de los artículos será más apetecible y además, porque intentaré no centrarme en un sólo tipo de material, ya que al practicar varios deportes diferentes, aportaré a cada uno mi granito de arena.

Eso sí, el eje central serán los deportes relacionados con la montaña: escalada en roca, hielo, alpinismo, carreras de orientación y montaña, acampada y demás actividades al aire libre. También me centraré en productos que tenga o haya probado, no me apetece crear un blog para copiar y pegar las especificaciones técnicas de las páginas web oficiales. Esto limitará la cantidad de productos a analizar y las comparativas entre productos similares, pero creo que aportará calidad a las opiniones.

Espero que disfrutéis de los artículos.

Un saludo, Loki.