jueves, 18 de diciembre de 2008

Paravientos Para Trangia

Como ya comenté en el artículo del Trípode, el objetivo principal que buscaba a la hora de fabricarme el hornillo de alcohol era conseguir un sistema de cocina integral (hornillo, trípode, paravientos y alcohol) que pudiese ser transportado dentro del propio cazo. Antes de decidirme por el modelo de paravientos que os presento, estuve buscando (y mucho) por la red en busca de ideas, pero casi todos los modelos que encontré eran rígidos y no se podían meter dentro del cazo. Otros modelos tenían piezas que se debían desmontar ya que el trípode iba incluido dentro del paravientos, lo que es un poco peligroso porque si se te pierde una de las varillas que sujetan el cazo te quedas sin cocinar: cuantas menos piezas tenga el sistema, menos posibilidades tenemos de perder algoy quedarnos sin cocina.

Para ser sinceros, no es que tuviera mucha fe en un paravientos hecho con papel de aluminio de un envoltorio de pollos asados, pero el bajo coste del recipiente (75 céntimos la pareja) y su rápida y sencilla fabricación (con 10 minutos y un cúter es suficiente) me animaron a probarlo. Además, el peso de este tipo de paravientos (unos 15 gramos) es irrisorio frente a los paravientos hechos con una plancha fina de aluminio o acero, por lo que si nos parece demasiado endeble podéis permitirnos el lujo de llevar dos, uno de repuesto. De todas formas os aseguro que ya llevo más de dos años con este modelo y todavía sigue funcionando.

Como digo, el único material que necesitamos para fabricarnos el paravientos es un envoltorio de pollos asados. Se puede reciclar uno usado, pero la verdad es que por 32 céntimos podemos hacernos con uno nuevo en cualquier "todo a cien" (mejor dicho "todo a un euro") y así evitamos que huela a pollo chamuscado cada vez que encendamos el hornillo.

Lo primero que hay que hacer el cortar la base del recipiente para que nos quede únicamente la pared de éste. Se puede hacer tanto con unas tijeras como con un cúter si se tiene el suficiente pulso. Una vez hemos retirado la base, precticamos un corte en la pared para que nos quede una larga tira de aluminio.

Para facilitar el plegado del paravientos lo mejor es eliminar el doblez de la parte superior del embase, lo que se hace directamente con los dedos.
Ahora hay que doblar la parte inferior del recipiente para que no corte y además darle algo más de rigidez. Primero doblamos un poco más de medio centímetro con la ayuda de una mesa o similar. Si no nos queda del todo perfecto no pasa nada porque así lograremos que se oxigene el hornillo. Una vez hemos realizado el primer doblez se puede repetir el proceso para que el doblez quede más "consistente", pero siempre fijándonos en que el paravientos no quede más bajo que el trípode que utilicemos.
Si vemos que el paravientos es demasiado largo se puede recortar hasta que se ajuste bien al diámetro del cazo que utilicemos, pero no conviene ajustarlo demasiado para que entre el suficiente oxígeno al hornilllo y la combustión sea óptima. Una vez tenemos la longitud de paravientos deseada, tenemos que hacer un doblez similar al que hemos hecho en la parte inferior para que no queden lados cortantes. Lo primero es cortar unos seis milímetros del doblez de la parte superior para poder realizar los dos dobleces pertinentes en la pared del paravientos.

Ya hemos terminado el paravientos, ahora sólo nos toca probarlo. Lo mejor es dejar la abertura de espaldas al viento para poder dejar el paravientos un poco abierto y que entre el suficiente oxígeno a la combustión. Asimismo, es conveniente no ajustar demasiado el diámetro del paravientos al contorno del cazo que utilicemos por la misma razón. Un síntoma bastante sencillo de detectar de que no entra suficiente oxígeno al hornillo es que la combustión de éste en vez de ser constante, va como "a tirones".

También se puede practicar una serie de agujeros en la parte inferior del paravientos con el típico perforados de hojas de oficina, pero debilita la ya de por si frágil estructura de nuestra ñapa. Yo prefiero dejar un poco abierto el paravientos.

En fin, a cocinarlo bien...